jueves, 29 de noviembre de 2012

Entrevista a Silvio Rodríguez


Rey Montalvo es trovador y sociólogo, nació en 1989 en Matanzas, Cuba… sigue viviendo en la isla.
Para formular su tesis “Trovadores Urgentes”, entrevistó al emblemático representante de la llamada Nueva Trova Cubana, Silvio Rodríguez, quien además cumple años el día de hoy, con un concierto en Montevideo, Uruguay.
Aquí fragmentos de la mencionada entrevista.
Nombre y apellidos: Silvio Rodríguez Domínguez
Edad: 65       
Lugar de nacimiento: San Antonio de los Baños
Lugar de residencia actual: La Habana
Formación profesional: Algunas clases de piano en el conservatorio La Milagrosa (1955); seis meses de clases particulares de piano con Amelita Fabre (1964);  y 2 años como integrante del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (1970-1972)
¿Qué es para usted la Trova? ¿Cómo valora su surgimiento y desarrollo histórico-social en nuestro país?
La trova es una expresión poético-musical que surgió en el oriente de Cuba, en el siglo 19. En sus inicios estuvo vinculada a la costumbre de dar serenatas en ventanas y balcones, como forma de agasajo.  Que la trova se hiciera con guitarras y percusión menor determinó su accesibilidad a personas de al menos medianas posibilidades económicas. Creo que ese fue un factor que contribuyó a que la trova se fuera haciendo cada vez más popular (además del talento de sus cultores, claro está).
¿Cuándo y por qué se convirtió en trovador? ¿Cuáles fueron sus motivaciones?
Yo empecé haciendo canciones y cantándolas en el ejército, y por entonces no se me ocurrió que fuera un trovador, aunque la trova estaba en mis más profundas referencias. Quise identificarme con los trovadores cuando empecé a profesionalizarme. Adopté esa definición cuando me enteré de que eran los músicos peor pagados de Cuba. Esto lo descubrí en el programa de La Trova de Luis Grau, en Radio Rebelde, en 1967. Dos pesos le pagaban a un trovador por hacer un programa de radio.
¿Cuáles son las semejanzas y/o diferencias que, en su opinión, pueden establecerse entre la llamada Trova tradicional, la Nueva Trova y la Novísima Trova?
En tiempos de la trova tradicional eran habituales los dúos. Las arias influyeron a los primeros cantores porque entonces la ópera era ejemplo de la canción más exquisita. En otro momento se puso de moda hacer dos melodías y dos letras sobre la misma armonía. Cuando el son irrumpió en Oriente, se hizo esencia en la canción cubana. Cuando los trovadores eran contratados para amenizar, empezaron a agruparse y a incluir más instrumentos, para que hubiera más sonido (por entonces no existía la amplificación). Las diferencias entre unas trovas y otras están marcadas por las épocas, por el grado de información y por supuesto por los avances tecnológicos. El legado que se va recogiendo influye; y las nuevas referencias culturales que incorpora cada época, también influyen.
¿Qué papel han jugado –y juegan actualmente- los trovadores y su obra en la sociedad cubana?
 La trova ha llegado a ser identificada como parte de lo característico de la cultura cubana. Esto por un lado es un logro, y por otro un peso que obliga, porque las cristalizaciones significan inercia. Quizá por eso cada nueva generación necesite una especie de pulso con la muerte.
¿Cómo valora el movimiento trovadoresco de los años 70´, y a sus representantes?
Fue un momento por una parte de calidades y por otra de masividad. Lo masivo sorprendió a muchos, e hizo que se pensara en institucionalizar la trova, con el MNT. Pero la oficialización de un movimiento artístico puede significar su anulación. La vida, más sabia que los hombres, demostró que la trova continuaría fluyendo, más allá de los cuños.
¿Cómo valora el movimiento trovadoresco actual y a sus representantes?
Como una afortunada continuidad del fluir trovadoresco. Hay expresiones que recuerdan algunas características de la trova primigenia, como las canciones a dos voces. Y también hay proyectos experimentales donde se fusionan elementos. Entonces resulta algo que, de pronto, huele a futuro.
¿Qué actividades, proyectos, programas radiales y televisivos, de acuerdo a su juicio, tributan a la promoción y divulgación de la Trova en la actualidad?
Creo que el Centro Pablo de la Torriente Brau ha jugado un papel decisivo para el desarrollo y el rescate de la trova actual, posibilitando puntos de encuentro y propiciando el registro sonoro de la expresión trovadoresca. Hay varios programas de televisión dedicados a los trovadores. Incluso hay una notable proliferación de peñas.
Nunca será suficiente, por la variedad de trovadores que suele haber. Pero creo que nunca, en ningún momento de nuestra historia, la trova ha sido mejor atendida (y entendida) que en estos tiempos. Y esto lo digo esperando que mañana sea mejor.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Toño Cisneros....



Escribí este post un día después de su sorpresiva muerte el pasado 6 de octubre. Tantos homenajes - todos merecidos - me  hicieron desistir de su inmediara publicación. Éste es un pasaje de la forma en que conocí a Antonio Cisneros, a quien después vería en otras ocasiones, pero fue esa noche la que despertó esta admiración por el personaje detrás del poeta. Espero les guste...
 
Lo conocí como muchas otras personas, en circunstancias extrañas. Corrían los años 90, Fujimori y Montesinos administraban el Perú cual comisaría de torturadores y exterminadores. Estaba junto a mi amigo Juan Luis Zapata, buscando un bar y los tragos que nos ayudaran a procesar una jornada literaria, habíamos asistido al I Coloquio de Literatura Peruana que se llevó a cabo en Cusco y después de haberlo escuchado leyendo sus poemas, como por un impulso, caímos en cuenta que éstos tenían que ser combinados con un buen cigarro y un mejor ron, maridaje obligado.
Nos sentamos y ordenamos los elementos propios de la buena conversación. No habían pasado ni treinta minutos de iniciado el ritual de la palabra cuando lo vimos entrar, ¿es él?, dijo Juan Luis, yo no estaba seguro, ya que la penumbra del pub cusqueño no lo permitía (es como si la gran mayoría de pubs cusqueños tuvieran un pacto con la oscuridad para evitar ver sus propias miserias), pero era quien creíamos que era y como si se tratase de una reunión ya pactada se sentó en nuestra mesa, supongo que al percatarse de que lo habíamos reconocido. Él había ingresado a ese oscuro local en busca de parte de la delegación que estaba en lo del evento, preguntó por Rocía Silva Santisteban y por Abelardo Sánchez León… felizmente (no pido disculpas por así decirlo) no los encontró y allí, sentado con nosotros nos advirtió – sin mayor preámbulo – que él no iba a tomar eso que estábamos tomando porque era diabético y además le encantaban los hospitales. Una jarra de cerveza, por favor.
Comenzó la conversación – aunque eso es mucho decir – ya que eran nuestras siempre asombradas preguntas ante un personaje cuya corporización no podíamos desaprovechar… el fondo musical no lo recuerdo mucho, aunque no dudo que haya estado a cargo de los Rolling, Inxs, etc. (en ese momento, como hasta ahora, la mayoría de pubs quieren parecerse al emblemático “Kamikaze”), y la música en vivo a cargo de algún grupo que se hace llamar “Latinoamericano” y que en realidad hace música boliviana y la vende como peruana.
Confeso militante del Sporting Cristal desde que era Sporting Tabaco y, por tanto, fumador empedernido en la época de la vida sana y del culto a la imagen. Recuerdo especialmente mi atrevida propuesta que él recibió con entusiasmo cómplice: así como hay un día del no fumador, deberíamos proponer el día de la no industria, para poner en evidencia las desproporcionadas reacciones ante determinados agentes contaminantes.  
Y la noche siguió entre nuestra atención y la risa y la admiración.
Sus viajes por detrás de la cortina de hierro, la magia de París desde la poesía, sus amigos y conocidos, Mario Benedetti y su inquebrantable sobriedad que – según decía – había hecho que nunca pudieran completar una velada acorde con sus expectativas.
Momento inolvidable que terminó con un partidito de fulbito con un plato de plástico en plena plaza mayor del Cusco, cuando rayaba el alba, hasta que llegamos a la puerta de su hotel cantando carnavales apurimeños.
Antonio Cisneros, gracias por tanta vida, por enseñarnos que el poeta no es el tristón de melancolía posera, sino el citadino feliz e intenso, el odiado y querido, el cantor de carnavales y el que siempre extrañaremos.
Hasta siempre Toño…

Para finalizar como tiene que ser, uno de sus poemas...
 
Una muchacha católica toca la flauta:

Tercer movimiento (Affettuosso)

Para hacer el amor

debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha,
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavía.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en todos sus caminos.
La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo
y entonces
la muchacha no verá el dedo de Dios.
Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el amor pero se aprende.

De "Agua que no has de beber" 1966

De "Propios como ajenos" Antología personal
Editorial Inca, Lima, Perú 1989