martes, 12 de enero de 2010

Esas avecillas ...


No sé si son las ganas de volver cada que tengo una oportunidad para hacerlo, el reencuentro con cada recuerdo que sus calles me regalaron, el olor al pan recién horneado, el canto de los pájaros en los jardines y las chacras, la ternura en las manos de mis padres, la sonrisa en los ojos de mi hermano y mi hermana. Los trompos, la tarde, esas palmeras y esos dos ríos.
La casa de mi tía Zoila, la dignidad avergonzada de Fidel, las piedras de las calles que torturan nuestros pies cuando bailamos en Julio.
Mi tío Rubén y su preocupación cálida por nuestra salud y nuestra alegría. El algodón dulce y los bizcochuelos en la plaza.
Una niñez austera y sonriente, despreocupada, sin temores.
El orgullo de saber que nací allí, al amparo de esos inmensos cerros, ése mensaje en la puerta del cementerio. Los amigos, los que están y los que ya se fueron. La tía Tula.
Mis canciones donde se esconden parte de esos paisajes.
El 2 y 3 de febrero estaré junto a mis compañeros de danza para festejar los 25 años de la Coronación de nuestra Virgen del Carmen por el Papa Juan Pablo II, eso sucedió cuando tenía 16 años y aún no bailaba en Contradanza. Lo recuerdo con la confusión típica de un acontecimiento de dimensiones surrealistas.
Nunca hice pacto alguno con mi tierra, creo que no es necesario, la llevo como estandarte invisible adonde quiera que vaya.
Pronto estaré nuevamente allí, donde todo comenzó, tengo nostalgia e ilusión, soy feliz.
Allá vamos, Paucartambo.

1 comentario:

  1. QUÉ BONITO TEXTO COMPADRE!

    Conmovedor, gracias por compartir esos sentimientos por la tierra, por la vida..

    UN ABRAZO

    Jorge Millones

    ps: en marzo llega tu ahijada

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