viernes, 12 de noviembre de 2010

TODOS LOS DÍAS


Le decías ¡salud!!!, él respondía ¡todos los días!!!
Esto sucedía en medio de las canciones que como viejo criollo había cultivado desde pequeño y ahora compartía con nosotros, llenando nuestra memoria de recuerdos mágicos que ahora invocamos como sueños - que de puro buenos - hasta parece que nunca pasaron por nosotros… pero sí pasaron, estoy seguro.
Cuando me asaltan esas dudas, llamo a Camilo Félix o a Elsita Valer o Eleonor Weiss y me confirman de la existencia de ésos días. No me gusta llamar para esos efectos a Jorge, su hijo, porque aún no me siento capaz de preguntarle por su dolor, esa confusión entre orfandad e impotencia, entre la alegría del recuerdo y la resignación ante la muerte. Después de una sonrisa, una lágrima.

Una tarde, nos juntamos Jorge y yo, su Papá y el mío. Nuestras guitarras sonaban cubiertas de desconocidos valsecitos criollos que entre ambos se hacían vida. Los viejos habían vuelto a ser jóvenes, a pasear por Barrios Altos, Cinco Esquinas, la Iglesia de Santa Clara… Por momentos parecía que Chalo Reyes les acompañaba desde una esquina de la sala donde todo eso ocurría. Era una tarde de diciembre, cerca de otro evento memorable: el año nuevo del 2007.
Jorge Millones Sánchez le ponía el toque de humor y criollismo a cualquier momento, por más formal que fuera éste. Claro, cuando tenía que apoyar nuestras ausencias trovadoras, allí estaba… una maravilla de gente.

Gracias Jorge Millones Sánchez por haberme permitido compartir tu alegría, por haberme enseñado que no hay mal trago en buena compañía, que el criollismo existe y que con tu recuerdo seguirá existiendo… ahora suena dentro de mi cabeza y sobre todo en el corazón la canción que le cantabas a mi Papá:

SECRETO (A.B)

En esta tarde triste yo te espero,
tú vendrás hacia mí con tu ternura;
yo te diré lo mucho que te quiero
oprimiendo tus manos con dulzura.

Porque te quiero, sabes; tú lo ignoras.
El amor en mi pecho está escondido;
las veces que me has dicho que me adoras
¿no has notado que yo te he sonreído?

Sin embargo tú no has adivinado
el misterio que encierra esta sonrisa;
quiero ocultar lo mucho que he llorado
es un sollozo que quiere ser risa.

Tú, solo tú, aunque parezca extraño
podrás curar esta secreta herida,
esta herida que me hace tanto daño,
pues simboliza una ilusión perdida.

Tú, con la magia azul de tu ternura,
protegerás mi juventud dolida
y harás que broten rosas de ventura
en el árbol sombrío de mi vida.

Gracias por que tienes un hijo y dos nietos maravillosos. Con tu hijo (el Jorge Millones Valdivia) seguiremos llevando a cabo el viejo y siempre feliz ejercicio de recordarte como un símbolo de alegría, como una bandera de sonrisas… todos los días.

2 comentarios:

  1. Lindo homenaje. La gente hermosa deja esas huellas. Yo no conocí al papá de Jorge y, sin embargo, por todo lo que he oído de él a través de diferentes amigos, aprecio mucho su memoria y siento el aire del echar de menos. Saludos para ti y para Jorge, Yurito.
    Karina

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  2. Excelente compañero! TODOS LOS DIAS pues! Al espiritu y recuerdo de "el verdadero" Millones! eheh...

    Un gran abrazo desde Londres y nos encontraremos donde las guitarras suenene y la comida huela rico!

    Pura Vida Yuri!

    Cariños de Rach ;)

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