Hemos entrado al
mes de junio, el sexto mes de año, y aunque en la ciudad de Cusco siempre ha
sido un mes con bastante irregularidad laboral, por las diversas celebraciones
que se llevan a cabo, para los que tenemos el honor de bailar en la fiesta de
la “Mamacha Carmen” de Paucartambo, constituyen las vísperas de un nuevo
encuentro con nuestra Madre y con la tierra que representa.
Ya se vienen
ultimando los preparativos para que se lleve a cabo la “Fiesta”, hago incapié
es este término, precisamente porque algún despistado dibujante con
pretensiones de humorista reflexivo ha colgado en los muros de Facebook, una
caricatura donde se ve a alguien señalando que, mientras los que van a la
peregrinación del Señor de Qoyllor Rit´i cargan una cruz lo que van a la Fiesta
de la Virgen del Carmen van cargando una caja de cerveza.
Ahora bien, en
ningún momento se refiere a Paucartambo, aunque no sobre entenderlo sería más
necio que lúcido de nuestra parte.
Hace algún tiempo,
en este mismo Blog, escribí a cerca de las diversas motivaciones que se dan
durante una celebración como de la que formo parte, ya que bailo en la fiesta
de la tierra que me vio nacer más de veinte años y creo haberme dado cuenta de
los aspectos que encierra, sin querer defender lo indefendible.
La festividad del
Señor de Qoyllor Rit´i está básicamente constituida por un peregrinaje, como
acto de recogimiento, en la cual participan algunas de las danzas que también
participan en la festividad de la Virgen del Carmen. En ésta última el
descontrol es – básicamente – generada por los visitantes y no me refiero a
extranjeros, sino a aquellos jóvenes coterráneos cusqueños que asumen que
Paucartambo es un lugar donde está permitido dar rienda suelta a sus
efervescencias juveniles.
Hago un llamado a
todos los que bailamos en Paucartambo para – a través las autoridades de cada
danza – se coordine con quienes corresponda y evitar así la dimensión de los
excesos que se presentan cada año, sin esto signifique darle la razón al
dibujante.