No conocí a Santiago
Feliú, en términos formales, jamás estreche su mano siquiera, pero ¿hacía falta?, yo creo que si lo
conocí, en esa extraña forma que tenemos los que decidimos empuñar las guitarras, en cada amigo común que compartimos, en cada canción que escuchaba y
que – estoy seguro – también escuchaba él.
Hoy, miércoles 12 de
febrero, día en que también nos dejó, hace 30 años atrás, Julio Cortázar, día en que
Joaquín Sabina (para suerte nuestra) sigue celebrando cumpleaños, hoy…
precisamente hoy, fue el día que Santiago – o su inmenso corazón – decidió estallar
hacia el infinito.
Y así nos vamos quedando
cada vez más solos. Hace menos de un año, estábamos en La Habana con mi hermano
Jorge Millones y supimos que ése fin de semana se presentaba (Santiago) en no
sé qué sitio del Vedado. Como si no supiera que las segundas oportunidades no
son comunes, invadido de una inexcusable pereza, le dije a Jorge que ya en Perú
lo veríamos, es más, que lo llevábamos a La Oveja Negra (en Cusco) y que allí
disfrutaríamos de su presencia… pero hay oportunidades que no se repiten y ésta
es una de ellas.
Esta mañana recibo la
noticia y siento en el alma el dolor de los amigos que lo conocieron y los que –
como yo – no tuvieron esa suerte; dolor como el de mi compadre Camilo Félix, quien
hace poco le puso el nombre de “Santiago” a su primer hijito, precisamente en
homenaje a este cubano que ahora inició el viaje. Viaje que todos,
inevitablemente, tendremos que emprender tarde o temprano…
Mi dolor está mezclado con
el arrepentimiento de haberlo podido abrazar y no haberlo hecho… me odio por
eso.
Si alguna lección nos da
la vida (y la muerte) es, justamente, la de no desaprovechar las ocasiones que se nos
presentan, siempre vale el esfuerzo si el objetivo es abrazar a los amores, a
los amigos, a los colegas (potenciales amigos), y que, de no intensificar la
vida, como decía Stefano Varese, corremos el riesgo de que la muerte nos
encuentre ya muertos.
Abrazos
trovadores Santiago, viendo helado de los andes para que tus alas brillen y
deslumbren en tu llegada adonde te esperan los que se adelantaron. La guitarra
quedará por siempre, a la izquierda.
Buen
viaje Compañero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario