Desde hace mucho tiempo quería escribir acerca del “falso poema” y similares que recorren las carreteras virtuales de la internet.
A varios de ustedes les debe haber pasado como a mí que, revisando los correos electrónicos, algún contacto envía un poema de Pablo Neruda titulado “Muere Lentamente”, o bien uno de Jorge Luis Borges “Momentos” (o algo así), o bien uno de Gabriel García Márquez “antes de morir de cáncer linfático” que comienza diciendo más o menos lo mismo que los anteriores: “Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo …”.
También recibí hace algún tiempo un poema de Mario Benedetti en el que decía “cosas” similares.
Resulta gracioso el entusiasmo sensiblero (aunque cursi debería ser el término exacto) de los textos mencionados y atribuidos de manera tendenciosa a esos escritores, ya que en ninguno de los casos han sido escritos por ellos, es más, en algún momento Gabriel García Márquez, en su página web oficial, de manera bastante diplomática agradeció que le atribuyan algunos textos pero lamentaba que “alguien pudiese creer que soy capaz de escribir tan mal”.
Lamentablemente Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y Mario Benedetti no han tenido la misma oportunidad de poder aclarar el tema, aunque en el caso del primero, la casa editorial que tiene los derechos de sus obras en Italia, ha tenido a bien emitir un comunicado indicando que el Nobel chileno jamás escribió cosa semejante.
Creo que cualquier persona que haya leído a los mencionados autores, por lo menos un libro completo, se daría cuenta rápidamente que ninguno de ellos es el autor, ya que nos presentan a un creyente y casi litúrgico Benedetti, encomendando a Dios su vida, cuando el buen Mario, de confeso agnosticismo, escribió alguna vez: “Yo no sé si Dios existe / pero si existe / sé que no le molestará mi duda”. La misma suerte corre Pablo Neruda, insigne militante comunista y cercano amigo del también desaparecido presidente Salvador Allende, bajo la bandera de la emblemática Unidad Popular.
El caso de Borges es similar, que en una conversación con Ernesto Sábato cuando este último le preguntó su opinión de Dios, dijo: “Es la máxima creación de la literatura fantástica! lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado con lo que imaginó la teología. La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica”.
Menciono la opinión de Dios en los textos atribuidos a tan brillantes escritores, porque en todos ellos se muestra a personas que a la vejez son derrotados por la idea de la existencia de un Todopoderoso, como traicionando una vida repleta de escepticismos al respecto, cuando no de ateísmo.
No dudo de la buena fe de los amigos que reenvían estos correos( me preocuparía si ellos los escribiesen), aunque en mi caso, lejos de causar alguna reflexión positiva, únicamente compruebo que jamás han leído a los que dicen ser los autores, sin embargo y lo que me parece grave es que los textos ya mencionados tiene la finalidad de utilizar la firma de emblemáticos personajes para neutralizar la profundidad de las ideas, la necesidad de la lectura seria y la crítica al sistema en que vivimos. Es decir, para evitar el universo de la cultura y reducirla a un fraseo delirante y conformista.
Finalmente, los textos materia del presente post, si los compilan y los editan, tendrían un espacio perfecto a lado de los libros de Paulo Coelho o los discos de Ricardo Arjona, lo que incomodaría la memoria de los que ya no están y que – con toda seguridad – sí podría causar una enfermedad terminal en el Gabo.
lunes, 30 de noviembre de 2009
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De acuerdo con lo que dices, aunque confieso que el atribuido a Gabo me hizo pensar. Y a Arjona no le des tan duro, por favor, confieso que algunas de sus canciones me conmovieron.
ResponderEliminarA mi el tema de los falsos poemas me tiene loca. Llevo años dandoles la brasa a los conocidos cada vez que me envían un falso texto. Y a veces parece que le da pudor a una decirle a los conocidos, oye, sin ánimo de ofender, "que no tienes ni zorra idea de literatura".
ResponderEliminarSaludos