Puede que mis razones sean fácilmente descalificadas por quienes no piensan como yo, lo que no me molesta en lo más mínimo.
Ayer domingo voté como la mayoría de peruanos y creo que es histórico que el candidato (en este caso, la candidata) que obtuvo la mayoría en la capital Lima no sea quien ganó, lo que debe llamar a reflexión a los que ahora están con un repentino ataque de nervios: el continuo menosprecio de lo que ocurre en el resto del país (sierra y selva, principalmente) tarde o temprano tiene su consecuencia. Causa – Efecto que le dicen.
No iba a votar por Fujimori jamás, recuerdo cada uno de los titulares que ese clan compró y la sangre derramada. Recuerdo el desprecio por la vida, aunque recuerdo también la generosa valentía de los jóvenes en la marcha de los Cuatro Suyos.
Recuerdo cuando La Oveja Negra se vistió de rebeldía y solidaridad.
Confieso que el triunfo de Ollanta Humala no me entusiasma y espero que desarrolle políticas inclusivas que reconcilien al país y no lo fragmenten más de lo que ya está.
Estoy orgulloso del suelo donde vi mi primera luz, no creo que irse sea la solución – como muchos amenazan desde el Facebook – ya que lo que hace grande a un país es la gente que lucha día a día desde su trinchera, tanto por los suyos como por los demás.
Celebro que aquí ganó la dignidad y la memoria. Bien por el Perú.
Éste no es un cheque en blanco Comandante, úselo con prudencia y serenidad.
Ayer domingo voté como la mayoría de peruanos y creo que es histórico que el candidato (en este caso, la candidata) que obtuvo la mayoría en la capital Lima no sea quien ganó, lo que debe llamar a reflexión a los que ahora están con un repentino ataque de nervios: el continuo menosprecio de lo que ocurre en el resto del país (sierra y selva, principalmente) tarde o temprano tiene su consecuencia. Causa – Efecto que le dicen.
No iba a votar por Fujimori jamás, recuerdo cada uno de los titulares que ese clan compró y la sangre derramada. Recuerdo el desprecio por la vida, aunque recuerdo también la generosa valentía de los jóvenes en la marcha de los Cuatro Suyos.
Recuerdo cuando La Oveja Negra se vistió de rebeldía y solidaridad.
Confieso que el triunfo de Ollanta Humala no me entusiasma y espero que desarrolle políticas inclusivas que reconcilien al país y no lo fragmenten más de lo que ya está.
Estoy orgulloso del suelo donde vi mi primera luz, no creo que irse sea la solución – como muchos amenazan desde el Facebook – ya que lo que hace grande a un país es la gente que lucha día a día desde su trinchera, tanto por los suyos como por los demás.
Celebro que aquí ganó la dignidad y la memoria. Bien por el Perú.
Éste no es un cheque en blanco Comandante, úselo con prudencia y serenidad.
Coincido plenamente con tus opiniones, Yuri.
ResponderEliminarGracias compañero, creo que hay que tener esperanza y fe en el futuro. Espero que los que amenazaron con irse del país si ganaba OH, cumplan su palabra, jajaja. Entre tanto estarermos vigilantes de los exabruptos de algunos seguidores del Comandante.
ResponderEliminarSaludos desde el Cusco y pronto desde Paucartambo !!!