lunes, 28 de septiembre de 2009

Réquiem con tostadas (un cuento de Mario Benedetti)

Sí, me llamo Eduardo. Usted me lo pregunta para entrar de algún modo en conversación, y eso puedo entenderlo. Pero usted hace mucho que me conoce, aunque de lejos. Como yo lo conozco a usted. Desde la época en que empezó a encontrarse con mi madre en el café de Larrañaga y Rivera, o en éste mismo. No crea que los espiaba. Nada de eso. Usted a lo mejor lo piensa, pero es porque no sabe toda la historia. ¿O acaso mamá se la contó? Hace tiempo que yo tenía ganas de hablar con usted, pero no me atrevía. Así que, después de todo, le agradezco que me haya ganado de mano. ¿Y sabe por qué tenía ganas de hablar con usted? Porque tengo la impresión de que usted es un buen tipo. Y mamá también era buena gente. No hablábamos mucho de ella y yo. En casa, o reinaba el silencio, o tenía la palabra mi padre. Pero el Viejo hablaba casi exclusivamente cuando venía borracho, o sea casi todas las noches, y entonces más bien gritaba. Los tres le teníamos miedo: mamá, mi hermanita Mirta y yo. Ahora tengo trece años y medio, y aprendí muchas cosas, entre otras que los tipos que gritan y castigan e insultan, son en el fondo unos pobres diablos. Pero entonces yo era mucho más chico y no lo sabía. Mirta no lo sabe ni siquiera ahora, pero ella es tres años menor que yo, y sé que a veces en la noche se despierta llorando. Es el miedo. ¿Usted alguna vez tuvo miedo? A Mirta siempre le parece que el Viejo va a aparecer borracho, y que se va a quitar el cinturón para pegarle. Todavía no se ha acostumbrado a la nueva situación. Yo, en cambio, he tratado de acostumbrarme. Usted apareció hace un año y medio, pero el Viejo se emborrachaba desde hace mucho más, y no bien agarró ese vicio nos empezó a pegar a los tres. A Mirta y a mí nos daba con el cinto, duele bastante, pero a mamá le pegaba con el puño cerrado. Porque sí nomás, sin mayor motivo: porque la sopa estaba demasiado caliente, o porque estaba demasiado fría, o porque no lo había esperado despierta hasta las tres de la madrugada, o porque tenía los ojos hinchado de tanto llorar. Después, con el tiempo, mamá dejó de llorar. Yo no sé cómo hacía, pero cuando él le pegaba, ella ni siquiera se mordía los labios, y no lloraba, y eso al Viejo le daba todavía más rabia. Ella era consciente de eso, y sin embargo prefería no llorar. Usted conoció a mamá cuando ella ya había aguantado y sufrido mucho, pero sólo cuatro años antes (me acuerdo perfectamente) todavía era muy linda y tenía buenos colores. Además era una mujer fuerte. Algunas noches, cuando por fin el Viejo caía estrepitosamente y de inmediato empezaba a roncar, entre ella y yo lo levantábamos y lo llevábamos hasta la cama. Era pesadísimo, y además aquello era como levantar a un muerto. La que hacía casi toda la fuerza era ella. Yo apenas si me encargaba de sostener una pierna, con el pantalón todo embarrado y el zapato marrón con los cordones sueltos. Usted seguramente creerá que el Viejo toda la vida fue un bruto. Pero no. A papá lo destruyó una porquería que le hicieron. Y se la hizo precisamente un primo de mamá, ese que trabaja en el Municipio. Yo no supe nunca en qué consistió la porquería, pero mamá disculpaba en cierto modo los arranques del Viejo porque ella se sentía un poco responsable de que alguien de su propia familia lo hubiera perjudicado en aquella forma. No supe nunca qué clase de porquería le hizo, pero la verdad era que papá, cada vez que se emborrachaba, se lo reprochaba como si ella fuese la única culpable. Antes de la porquería, nosotros vivíamos muy bien. No en cuanto a la plata, porque tanto yo como mi hermana nacimos en el mismo apartamento (casi un conventillo) junto a Villa Dolores, el sueldo de papá nunca alcanzó para nada, y mamá siempre tuvo que hacer milagros para darnos de comer y comprarnos de vez en cuando alguna tricota o algún par de alpargatas. Hubo muchos días en que pasábamos hambre (si viera qué feo es pasar hambre), pero en esa época por lo menos había paz. El Viejo no se emborrachaba, ni nos pegaba, y a veces hasta nos llevaba a la matinée. Algún raro domingo en que había plata. Yo creo que ellos nunca se quisieron demasiado. Eran muy distintos. Aún antes de la porquería, cuando papá todavía no tomaba, ya era un tipo bastante alunado. A veces se levantaba al mediodía y no le hablaba a nadie, pero por lo menos no nos pegaba ni la insultaba a mamá. Ojalá hubiera seguido así toda la vida. Claro que después vino la porquería y él se derrumbó, y empezó a ir al boliche y a llegar siempre después de media noche, con un olor a grapa que apestaba. En los últimos tiempos todavía era peor, porque también se emborrachaba de día y ni siquiera nos dejaba ese respiro. Estoy seguro de que los vecinos escuchaban todos los gritos, pero nadie decía nada, claro, porque papá es un hombre grandote y le tenían miedo. También yo le tenía miedo, no sólo por mi y por Mirta, sino especialmente por mamá. A veces yo no iba a la escuela, no para hacer la rabona, sino para quedarme rondando la casa, ya que siempre temía que el Viejo llegara durante el día, más borracho que de costumbre, y la moliera a golpes. Yo no la podía defender, usted ve lo flaco y menudo que soy, y todavía entonces lo era más, pero quería estar cerca para avisar a la policía. ¿Usted se enteró de que ni papá ni mamá eran de ese ambiente? Mis abuelos de uno y otro lado, no diré que tienen plata, pero por lo menos viven en lugares decentes, con balcones a la calle y cuartos con bidet y bañera. Después que pasó todo, Mirta se fue a vivir con mi abuela Juana, la madre de mi papá, y yo estoy por ahora en casa de mi abuela Blanca, la madre de mamá. Ahora casi se pelearon por recogernos, pero cuando papá y mamá se casaron, ellas se habían opuesto a ese matrimonio (ahora pienso que a lo mejor tenían razón) y cortaron las relaciones con nosotros. Digo nosotros, porque papá y mamá se casaron cuando yo ya tenía seis meses. Eso me lo contaron una vez en la escuela, y yo le reventé la nariz al Beto, pero cuando se lo pregunté a mamá, ella me dijo que era cierto. Bueno, yo tenía ganas de hablar con usted, porque (no sé qué cara va a poner) usted fue importante para mí, sencillamente porque fue importante para mi mamá. Yo la quise bastante, como es natural, pero creo que nunca podré decírselo. Teníamos siempre tanto miedo, que no nos quedaba tiempo para mimos. Sin embargo, cuando ella no me veía, yo la miraba y sentía no sé qué, algo así como una emoción que no era lástima, sino una mezcla de cariño y también de rabia por verla todavía joven y tan acabada, tan agobiada por una culpa que no era suya, y por un castigo que no se merecía. Usted a lo mejor se dio cuenta, pero yo le aseguro que mi madre era inteligente, por cierto bastante más que mi padre, creo, y eso era para mi lo peor: saber que ella veía esa vida horrible con los ojos bien abiertos, porque ni la miseria ni los golpes ni siquiera el hambre, consiguieron nunca embrutecerla. La ponían triste, eso sí. A veces se le formaban unas ojeras casi azules, pero se enojaba cuando yo le preguntaba si le pasaba algo. En realidad, se hacía la enojada. Nunca la vi realmente mala conmigo. Ni con nadie. Pero antes de que usted apareciera, yo había notado que cada vez estaba más deprimida, más apagada, más sola. Tal vez por eso fue que pude notar mejor la diferencia. Además, una noche llegó un poco tarde (aunque siempre mucho antes que papá) y me miró de una manera distinta, tan distinta que yo me di cuenta de que algo sucedía. Como si por primera vez se enterara de que yo era capaz de comprenderla. Me abrazó fuerte, como con vergüenza, y después me sonrió. ¿Usted se acuerda de su sonrisa? Yo sí me acuerdo. A mí me preocupó tanto ese cambio, que falté dos o tres veces al trabajo (en los últimos tiempos hacía el reparto de un almacén) para seguirla y saber de qué se trataba. Fue entonces que los vi. A usted y a ella. Yo también me quedé contento. La gente puede pensar que soy un desalmado, y quizá no esté bien eso de haberme alegrado porque mi madre engañaba a mi padre. Puede pensarlo. Por eso nunca lo digo. Con usted es distinto. Usted la quería. Y eso para mí fue algo así como una suerte. Porque ella se merecía que la quisieran. Usted la quería ¿verdad que sí? Yo los vi muchas veces y estoy casi seguro. Claro que al Viejo también trato de comprenderlo. Es difícil, pero trato. Nunca lo pude odiar, ¿me entiende? Será porque, pese a lo que hizo, sigue siendo mi padre. Cuando nos pegaba, a Mirta y a mi, o cuando arremetía contra mamá, en medio de mi terror yo sentía lástima. Lástima por él, por ella, por Mirta, por mí. También la siento ahora, ahora que él ha matado a mamá y quién sabe por cuanto tiempo estará preso. Al principio, no quería que yo fuese, pero hace por lo menos un mes que voy a visitarlo a Miquelete y acepta verme. Me resulta extraño verlo al natural, quiero decir sin encontrarlo borracho. Me mira, y la mayoría de las veces no dice nada. Yo creo que cuando salga, ya no me va a pegar. Además, yo seré un hombre, a lo mejor me habré casado y hasta tendré hijos. Pero yo a mis hijos no les pegaré, ¿no le parece? Además estoy seguro de que papá no habría hecho lo que hizo si no hubiese estado tan borracho. ¿O usted cree lo contrario? ¿Usted cree que, de todos modos hubiera matado a mamá esa tarde en que, por seguirme y castigarme a mí, dio finalmente con ustedes dos? No me parece. Fíjese que a usted no le hizo nada. Sólo más tarde, cuando tomó más grapa que de costumbre, fue que arremetió contra mamá. Yo pienso que, en otras condiciones, él habría comprendido que mamá necesitaba cariño, necesitaba simpatía, y que él en cambio sólo le había dado golpes. Porque mamá era buena. Usted debe saberlo tan bien como yo. Por eso, hace un rato, cuando usted se me acercó y me invitó a tomar un capuchino con tostadas, aquí en el mismo café donde se citaba con ella, yo sentí que tenía que contarle todo esto. A lo mejor usted no lo sabía, o sólo sabía una parte, porque mamá era muy callada y sobre todo no le gustaba hablar de sí misma. Ahora estoy seguro de que hice bien. Porque usted está llorando, y, ya que mamá está muerta, eso es algo así como un premio para ella, que no lloraba nunca.
(La muerte y otras sorpresas, 1968).

martes, 22 de septiembre de 2009

Paz sin Fronteras en La Habana y Juan sin Miedo

Como es lógico, ya se imaginarán que no podía dejar pasar la ocasión de escribir este post y dedicarlo al concierto que se llevó a cabo el día domingo 20/09/2009 en La Habana (Cuba), organizado por el cantautor colombiano Juanes y al que se denominó “Paz sin Fronteras”.
Es cierto que éste no es el primer concierto de esta naturaleza que Juanes organiza y presenta (en realidad es el segundo, creo), pero por las características propias que lo rodearon es, a todas luces, el más importante.
La asistencia masiva del pueblo cubano a la Plaza de la Revolución donde se llevó a cabo el mega evento silenció en gran parte las críticas de cierto sector de exiliados cubanos radicados en Miami (EEUU) apoyados por ciertos elementos de la más rancia derecha norteamericana, aunque claro está que no podemos generalizar, debemos hacer mención a expresiones de rechazo al concierto como lo ocurrido en la famosa Calle 8 de la capital del estado de Florida, donde un grupo de personas, rompieron con martillos una gran cantidad de discos de Juanes e invocaban a su vez a sus parientes en la isla que no asistan al evento.
Cabe señalar que la cantidad aproximada de asistentes al “Concierto por la Paz” ha superado el millón ciento cincuenta mil personas (en una temperatura de 35ºC). Entre los artistas que compartieron su música estuvieron Olga Tañón (Puerto Rico), Juan Fernando Velazco (Ecuador), Miguel Bosé (España), Jovanotti (Italia), Carlos Varela (Cuba) y el mismísimo Juanes. También estuvieron los conocidos Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel y Silvio Rodríguez.
El evento se caracterizado por evitar pronunciamientos de carácter político y basar los mensajes en principios de orden universal como la paz y la igualdad.
Considero particularmente interesante lo mencionado por la cantante Cucú Diamante, quien es una artista cubana radicada en EU y que a pesar de esa circunstancia decidió retornar a la isla a llevar el arte que practica a sus paisanos, quien dijo “que el mundo se abra a Cuba”, mención básica a días de la renovación del bloqueo por parte de la administración norteamericana del presidente Obama.
Podríamos decir mucho más sobre lo emocionante que resultó ver (y escuchar) en vivo (y en transmisión mundial) a esa cantidad de gente coreando el emblemático tema: “Ojala” de Silvio Rodríguez. Eso fue particularmente estremecedor.
Más allá de los puntos de vista que se puedan ensayar acerca del certamen, creo que es de suma importancia no incrementar el bloqueo que tanto sufrimiento le ha llevado al pueblo cubano, con oponiéndose a que expresiones artísticas de otras partes del mundo les cante y acerque su voz (esto es extensivo a todas las formas de arte que existen).
Mención aparte merece la férrea voluntad de Juanes, quien superó la oposición, los insultos e inclusive las amenazas de muerte que le hicieran llegar. Vale haber sido apodado como “Juan Sin Miedo”, quien ahora prepara un nuevo concierto en la frontera mexicana con EU.
No sé si se percataron que al final del concierto, Juanes apareció con una gorra amarilla que en ingles decía “you rock dude”, es decir: “ustedes son lo máximo”.
Desde esta parte del mundo: Gracias pueblo cubano, gracias Juanes.

viernes, 11 de septiembre de 2009

El cisne y el fantasma (apunte breve)


Se miraron fijamente, de una mesa a la otra, era una celebración especial y ambos eran protagonistas (entre muchos otros) de esa luminosa noche. Habían pasado más de dos décadas desde que la vio por última vez. Había llegado la hora de lavar las heridas.
El recordó la tarde en que sintió que su corazón era preparado para convertirse en decenas de palitos de jugoso anticucho, eran demasiados pedazos para contarlos y menos para creer que algún día los podría juntar y volver a ver a otra mujer con la tierna alegría con que lo hacía con ella.
Como todo irresponsable que juraba que sus poemas eran suficiente para hacerla feliz, no calculó que - como muchas mujeres - sus ilusiones estaban puestas en el matrimonio, la familia y en su éxito profesional. Los poemas son lindos… pero...
Todo es mi culpa le dijo, mientras le suplicaba que no lo dejase, pero la decisión estaba tomada, la única salida que le quedaba era aprender ese nuevo mundo de soledad al que era arrojado y explorarlo como un ciego, reinventar la forma de las cosas y tratar de no convertirse en un fantasma. Dio gracias de no haber sido argentino, porque de haberlo sido, todos los tangos hubieran cobrado un sentido fatal. Se puso a buscar refugios, tuvo miedo, los boleros hicieron el resto.
Poco a poco recordó los días y años posteriores, se volvió duro, dejó atrás la ternura, enterró el poemario que había prometido publicar algún día, se juntó con otros de su especie (suicidas inmortales diría Jorge Millones), y acompañaron sus soledades en cantinas de mala muerte, aunque a veces en elegantes lugares, de los cuales eran echados con relativa rapidez.
Nunca se casó, nadie quería casarse con un fantasma y además ex – poeta, con eventuales y esporádicas ocupaciones que a veces le proveían de algún dinero que era rápidamente malgastado en continuar el viejo ritual de la tortura. Nadie conoció a alguien tan falto de futuro.
Estaba paseando esos recuerdos hasta que alguien de la mesa dijo ¡salud!, y eso le hizo regresar a la realidad. De nuevo esa mirada en la mesa del otro lado del salón, mirada de pena, de compasión. Dijo para sí “a la mierda, un par de tragos más y le hablo”.
La noche transcurría con relativa normalidad, aunque para gente como él – falto de roce social – el tiempo tiene variables diferentes, así que cuando decidió acercarse y estaba a un metro de su espalda (y su cabello) alguien dijo:
- ¿vamos mi amor?, vine a recogerte hace un rato, pero tus compañeros no dejaban que me acerque con tanto whisky ¿lista?
- Si, contesto ella y se despidió de todos, menos de él.
La vio pasar por su lado como un cisne.
Si pues, se dijo, ha llegado la hora de lavar las heridas, para eso los perros callejeros son unos maestros y comenzó a lamer.

martes, 1 de septiembre de 2009

Los Danza de los Invisibles (Putis 2009)


En estos días ha sido materia periodística la entrega a sus respectivos parientes, de los restos mortales de comuneros provenientes de diversas zonas y que fueron asesinados en Putis (Santillana, Huanta, Ayacucho) el 13 de diciembre de 1984 en dicha comunidad campesina. La cantidad de comuneros asesinados no baja de la cifra de 123.
La CVR (Comisión de la Verdad y Reconciliación) en su Informe Final da cuenta de dichos sucesos, señalando que los “miembros de diversas comunidades como Cayramayo, Vizcatampampa, Orccohuasi y Putis fueron víctimas de una ejecución arbitraria llevada a cabo por miembros del Ejército acantonados en la comunidad de Putis. Los comuneros fueron reunidos por los militares con engaños, obligados a cavar una fosa y luego acribillados por los agentes del orden” (2.14. Ejecuciones Extrajudiciales en Putis (1984) Informe Final).

Resulta particularmente preocupante la actitud de los diversos gobiernos que desde entonces transcurrieron, ya que hasta la fecha y pese a los reiterados pedidos de diversas organizaciones y del Ministerio Público, cuyas autoridades del sector (Ministro de Defensa incluido) se niegan a proporcionar la identidad de los responsables, cuyos “alias” son oficial “Lalo”, Teniente “Bareta” y Comandante “Oscar”; sería ingenuo pensar que no existen registros de los oficiales a cargo de determinada base en diciembre de 1984.
En la edición del programa Cuarto Poder del domingo 23 de agosto pasado pasaron un reportaje acerca de la entrega de los restos mortales de los comuneros asesinados, únicamente pudieron ser identificados una veintena de ellos, lamentablemente se requiere muestras de ADN de, por lo menos, dos parientes directos, y en muchos casos, no ha sido posible ubicar a éstos, ya sea porque migraron a zonas alejadas del lugar de los hechos o porque la familia en su totalidad fue exterminada en esa masacre.
En el reportaje se mostraban declaraciones de personas que recibían a sus padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, etc., se les hacía entrega de ataúdes blancos y pequeños como si se tratase de ataúdes de niños, aunque inclusive así resultaban bastante grandes para la poca cantidad de restos que allí cabían.
Una de esas declaraciones la brinda una anciana quechua – hablante, que en runasimi decía “(… ) yo solamente quiero que el señor presidente nos vea, que nos mire (…)”, claro está que la traducción que aparecía a modo de sub títulos en la pantalla del televisor no traducía a plenitud la expresión de la señora, ella acababa de recibir los restos de su hija y su nieto.
Lo dicho por la señora da cuenta de un aspecto varias veces comentado pero, al parecer, hasta ahora poco racionalizado y menos internalizado: los campesinos víctimas de la violencia política tienen como su mayor problema su “invisibilidad”. Negados por una infame Lima que durante años se negó a “mirar” más allá de sus cerros (aunque algunos barrios o distritos ni siquiera ven los cerros, prefieren alambrarlos como si así pintasen un nuevo paisaje que no los incomode con su, dicen, mal gusto), y negados también y sobre todo por un sistema que no los acepta, que los excluye permanentemente, históricamente, y para colmo esta un presidente que considera que existen ciudadanos de “segunda clase”.
La negación de la presencia del peruano rural, no solamente es patrimonio de la provincia capital (o no es provincia capital?), el factor exclusión se observa en casi todas las ciudades medianas y grandes del país, pero es sin duda Lima, sede del poder oficial, la que destaca por ser tan eficaz para omitir las visiones del pasado y del presente.

Resulta urgente limpiar los ojos de las cosas que nos impide ver al prójimo y respetarlo, que nos impide oír el llanto de los deudos, que nos hacen olvidar que basta con una víctima para que nuestra solidaridad se active y que no es necesario que mueran cien o más para que alguien se fije en esa tragedia, no se trata de ver el Perú rural como una postal, como un paisaje, como souvenir, ya que si se mantiene esa mirada de exclusión los invisibles seguirán cantando sus muertos y bailando sus penas en un país que ellos no reconocen como suyo, y no es para menos.
Lo terrible de este tema es que la exclusión genera personas que, llegado el caso, no tienen nada que perder, que observan todos los días la fiesta a la que nadie les invita y cada vez que quieren hacer llegar su voz, ésta no es escuchada por la estructura “oficial” porque todos los días se le quita el audio a esa película y se apaga esa pantalla para no verlos, quién mejor para resumir esa actitud que el conductor de TV Raúl Romero que alguna vez dijo, respecto de los asesinatos de la Cantuta y Barrios Altos: “finalmente, a mí qué me importa que se muera gente que ni siquiera conozco!!!”.

martes, 25 de agosto de 2009

Silvio Rodríguez / Concierto por la Paz en Cuba

A continuación publico una entrevista escrita de la BBC al cantautor cubano Silvio Rodríguez respecto al concierto del 20 de septiembre organizado por Juanes en la Plaza de Revolución de La Habana.
la organización de dicho concierto ha desatado la ira de varios personajes, algunos de ellos Gloria Estefan y Willy Chirino ya conocidos por su acalorada posición respecto del régimen cubano.

"No se nos deja vivir en paz"
El cantautor cubano Silvio Rodríguez opina en BBC Mundo sobre el polémico "Concierto por la Paz" propuesto por Juanes.
Silvio Rodríguez, uno de los más importantes cantautores de Cuba, participará en el concierto que Juanes realizará en La Habana el próximo 20 de septiembre.
Su identificación con los postulados de la Revolución Cubana lo sitúan en el centro de las críticas de quienes se oponen a tal evento.
El artista aceptó responder por escrito 10 preguntas de BBC Mundo sobre el tema.
¿Qué objetivo persiguen lograr?
Se trata de un concierto por la paz. Vi lo que hicieron en la frontera con Venezuela y me pareció positivo.
Mucho más porque se trataba de artistas que suelen moverse en un circuito de modas y canciones generalmente ajenas a los reclamos sociales.
De cierta forma parecía que estaban tomando conciencia de que el arte puede contribuir a mejorar el mundo.
¿Por qué en Cuba?
Según declaran los artistas que lo proponen, el concierto se hace aquí porque en Cuba no hay paz. Esta afirmación yo la reinterpreto porque Cuba es uno de los países más tranquilos del mundo.
Entonces creo que lo que quieren decir es que no se nos deja vivir en paz, como queremos, y visto así estoy muy de acuerdo con ellos.
¿Por qué elegir la Plaza de la Revolución y como consiguieron tan difícil permiso?
Juanes desea la Plaza de la Revolución porque allí está Martí, que es un símbolo admirable para todos los cubanos, o al menos para casi todos.
Yo creo que el permiso lo dieron porque el propósito es noble: hacer un concierto "blanco", como dice Juanes, sin ideologías, unificador, donde primen la comprensión y el amor por sobre cualquier otra cuestión.
¿El gobierno cubano vetó a alguno de los artistas que propusieron?
En la única reunión que estuve no escuché vetos, aunque sí preocupación por declaraciones muy subjetivas sobre la realidad cubana.
Digo subjetivas porque son personas que sólo conocen de Cuba lo horrendo que los enemigos de la Revolución cuentan, nunca han visitado a nuestro país.
Algunos exiliados sostienen que no puede haber un concierto apolítico si tú y Amaury participan.
Esa es una tesis de algunos ideólogos contrarrevolucionarios. Yo lo que veo es que quienes están tratando de politizar el concierto son ellos.
Y además de la forma más grosera posible. Pero si mi presencia fuera un obstáculo para que se dé el concierto, con mucho gusto cedo mi lugar a algo mejor. Es más: me atrevo proponer a "La Colmenita" (compañía teatral cubana conformada por niños).
Otros dicen oponerse porque también el gobierno prohíbe la entrada al país de artistas cubanos. ¿Qué opinas tú de estas prohibiciones de uno y otro lado?
Creo que una cosa es el concierto y otra las prohibiciones. También creo que mientras más tiempo pasa, cualquier prohibición, del lado que sea, se hace más insostenible.
Una exigencia irrespetuosa de las autoridades de cualquier país no puede esperar otra respuesta que el desdén.
Habría que ver qué pasa si un artista decide alguna vez visitarnos para constatar con sus propios ojos, y con su corazón, el drama y la alegría que se viven en Cuba a la vez. Yo no creo, y no deseo, que a alguien que venga con el legítimo deseo de informarse le cierren la frontera.
¿Es verdad que en Cuba está prohibido oír a Julio Iglesias, Willy Chirino, Celia Cruz, Gloria Stefan u Olga Guillot?
Yo también estuve prohibido y aquí estoy. No me dio la gana de dejarle el país a los cretinos.
Una cosa es lo que decide un gelatinoso director de emisiones y otra lo que es política nacional. Tú sabes bien que, al margen de la radio, el cubano escucha de todo y ningún aparato oficial se mete eso.
Si por mi fuera, aquí se escucharía de todo. Pero lo que no se suele expresar es que mucho pueblo cubano se indignaría al escuchar ofensas a sus líderes o a los ideales por los que viene luchando y padeciendo desde hace medio siglo.
¿Es la intolerancia una característica del cubano?
La intolerancia funciona de una forma con los prejuicios y de otra con los principios. Como idea general, la tolerancia es muy bonita y de hecho se ha convertido en una consigna occidental, pero recuerda que no es fácil tolerar lo que nos ofende en lo más profundo.
¿Es posible un dialogo entre los artistas que apoyan la Revolución y los que se declaran anticastristas en el extranjero?
Yo he sido capaz de trabajar y de convivir muchos años con personas que no piensan igual a mi; incluso he peleado contra la intolerancia burocrática para que esas personas ejerzan sus derechos ciudadanos.
Tengo familiares y amigos que se han ido; los quiero estén donde estén. Entre ellos hay trovadores, músicos y artistas que viven en Miami y en otros lugares del mundo.
Jamás he tenido problemas de diálogo con ellos. Por mi propia experiencia creo posible ese diálogo, siempre que lo presida la consideración al otro y que no haya ofensas. Habría que empezar por eso mismo: por eliminar tanto adjetivo infame y mucha mentira burda que anda en circulación.
¿Que piensas de los cubanos que boicotean el concierto desde Miami?
Reflejan el miedo a que se compruebe que el mito de la Cuba martirizada que han prefabricado se desmorone. Reflejan el miedo a que avancen las relaciones con Estados Unidos y se les esfume el negocio bien remunerado de algunos. Los cuatro gatos que comercian con el dolor de los cubanos y poseen el poder mediático tienen miedo de abrir puertas y ventanas. Y la mayoría deseamos que eso suceda, aunque implique riesgos.

jueves, 20 de agosto de 2009

Manifiesto de Tierra y Libertad

Aquí publico el Manifiesto emitido por el Movimiento Tierra y Libertad, liderado por el Padre Marco Arana y cuya propuesta es de necesario conocimiento:

Peruanas y peruanos de distintas partes del país hemos decidido unirnos en el Movimiento Tierra y Libertad para promover un nuevo Perú.

Queremos que la nuestra sea una tierra libre de opresión y desigualdad por clase, raza, género, religión y orientación sexual.

Libre de exclusión y explotación inhumana. Basta del abuso, por parte de los gobiernos y de los poderosos, a nuestra gente, a nuestra patria ya los medios que la naturaleza puso en nuestro territorio para que vivamos en común.

Queremos un país libre de autoritarismo y persecución a los líderes que defienden los derechos humanos, políticos, sociales y ecológicos. Un país pleno de libertades y democracia. También lo queremos libre de una política contaminada por la corrupción y los enemigos de la ética y la transparencia.

Ansiamos un país libre del arrasamiento de los derechos de los trabajadores. Nos indigna que el trabajo, si lo hay, sea cada vez más inseguro, insalubre y mal remunerado.

Deseamos que nuestra tierra se libere de las altas tasas de mortalidad por enfermedades evitables, así como del analfabetismo y de las deficiencias que hacen de la educación pública una estafa.

Propugnamos un país libre del centralismo y de la concentración del poder en Lima. Apostamos por el desarrollo de todas las regiones y provincias del Perú, donde están las mayores riquezas culturales y económicas.

Desde hace décadas nos hacen creer que el actual modelo de crecimiento económico está resolviendo estos problemas, pero lo que vemos es que los ricos tienen cada vez más, mientras que los sectores populares, los pequeños y medianos agricultores y miles de microempresarios que han trabajado toda su vida, ahora lo podrían perder todo, debido a la perversidad del modelo neoliberal imperante.

Este modelo llena los bolsillos de las grandes trasnacionales al costo de destruir irreversiblemente nuestros recursos de agua y biodiversidad de la Amazonía, la sierra y la costa, al afectar a los consumidores y al erario nacional.

El pueblo peruano está luchando contra esta situación. Logró recuperar la democracia y derrotar al terrorismo. Hoy los movimientos y organizaciones sociales se han ido recuperando y bregan por el cambio. Sin embargo es necesaria una mayor unificación y proyección política de estas luchas y avances.

La experiencia reciente en América Latina nos demuestra que son posibles las victorias de proyectos que buscan construir una sociedad que sea profundamente democrática, ambientalmente sostenible y socialmente equitativa.

Tierra y Libertad cree en la democracia y la participación como práctica del día a día. Se afirma en la diversidad como valor fundamental de la vida. Promueve y respeta la autonomía de los pueblos indígenas y postula su propia representación en el Estado.

Tierra y Libertad ve en la equidad de género una necesidad impostergable y la hace realidad cotidiana. Apuesta por la renovación política en todo sentido, y por el espíritu libertario y crítico que la juventud posee, así como la capacidad que las y los jóvenes tienen de aportar como protagonistas para la transformación del país.

Tierra y Libertad se une a todos los que en el mundo tratan de impedir que la crisis presente se descargue, una vez más, sobre los trabajadores y los pobres. Se suma a todos los que en el planeta están bregando en defensa del ambiente ahora en peligro. Se une a todos los que propugnan los derechos humanos universales, la paz y la relación armoniosa y de mutuo respeto entre todos los pueblos y culturas de la tierra.

Nuestro movimiento, finalmente, tiende la mano a todas las mujeres y hombres del país y los convoca a unirse para construir un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo.

El símbolo palestino “la Kafia” ¿nueva moda?

¿Qué pueden tener en común Yasser Arafat, David Beckham y Marco Antonio???
Pues bien, sin más preámbulos lo decimos…. La Kuffiyeh, Kefia o Kafia, también llamada Hatta o simplemente “bufanda palestina” aunque en realidad es un pañuelo; ya que tanto el futbolista como el fallecido estilista han sido filmados y fotografiados portando tal indumento; en este caso dejamos a salvo a Arafat en atención a que fue él quien hizo mundialmente conocida la prenda en cuestión.
No pretendo que este post sea un tratado sobre moda (sería el menos autorizado y menos interesado a la vez), únicamente voy a desarrollar a modo de catarsis mi opinión respecto del uso extendido de la prenda mencionada ya que en la actualidad es común ver – sobre todo – a jóvenes portando el mentado pañuelo ya que, como dice la página de una tienda en internet que las vende en cantidades industriales “combina con todo tipo de ropa” (sic).
Pero en realidad qué es ésta prenda?
Es un pañolón que los hombres y mujeres del medio oriente, sobre todo de Arabia Saudita, Jordania, Siria e Irak, además de Palestina, usan en la cabeza y que ha adquirido una connotación cultural importante como símbolo de identidad. Su origen proviene de los pobladores rurales palestinos quienes lo usan (hasta la actualidad) como protector del sol por el día y del frío por las noches, cumple además una función importante protegiendo el rostro durante las tormentas de arena. Se sabe también que en 1965, Yasser Arafat en una de sus tantas huidas de la persecución del ejército israelí y cuando acababa de fundar el grupo Al Fatah, estableció su sede en Naplusa (Cisjordania), localidad de la cual se desplazaba a los campamentos de refugiados de la zona y preparaba las acciones bélicas de Al Fatah, ahora principal facción de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Arafat adoptó la "kafia" como un símbolo personal, y desde entonces se convirtió en la representación de la resistencia Palestina en contra de la ocupación israelí, claro que antes, en 1935, ya había sido impuesta a la población palestina masculina como prenda de uso obligatorio.
Existen tres tipos de “Kafia” (según tengo entendido): Blanco (todo blanco), y es característico de los países del Golfo; Negro y blanco, más característico de los países republicanos (como Siria y Palestina); y, Rojo y blanco, más característico de las monarquías (como Jordania); aunque no necesariamente esto es estricto.
El caso es que en los últimos tiempos y en diversas situaciones se puede observar a personas luciendo la prenda, entre ellos podemos mencionar al fallecido estilista peruano Marco Antonio Gallego y al mundialmente conocido futbolista y capitán de la selección inglesa David Beckham; aunque la pregunta es ¿las personas que portan dicha prenda conocen de la simbología de la misma?, es más ¿saben qué se están poniendo???
La respuesta a mi parecer es: la gran mayoría no.
Sin embargo, el presente comentario podría extenderse a otras simbologías ya sean ideológicas o culturales, como es el caso de la conocida imagen del “Che” en casi todas (sino en todas) las banderolas de los equipos de fútbol, ya sea de Argentina, México o Perú. El “Che” aparece en calcomanías de lujosos carros (si, aunque resulte irónico), en los polos que lucen jóvenes de todos los sexos, pero ante la pregunta de “¿sabes de quién se trata?” muy pocos responden con una salvable aproximación ya que la mayoría considera que se trata de un rockero argentino.
Estamos entonces ante un tema de símbolos culturales y/o ideológicos.
Hace algún tiempo cuando la actriz norteamericana de origen cubano Cameron Díaz (eso es lo más gracioso) visitó el Perú, se la vio paseando por las calles de Cusco (como parte de un reportaje para un canal de la tv extranjera) con un gorro maoísta y un morral de la misma característica, es decir, de color verde y luciendo una estrella roja. Horror! exclamaron desde los medios de comunicación escandalizados periodistas, increpando a la rubia la osadía de llevar prendas que a nuestra gente (a unos más que a otros) le recordaba los días de violencia social y a los integrantes de Sendero Luminoso. Está claro, esas prendas constituyen símbolos ideológicos, aunque la señorita confiaba en que eran inofensivas, ya que seguramente habían sido adquiridas en alguna boutique de Beverly Hills. Obviamente la ciudadana del norte terminó el incidente con sentidas disculpas para con el sufrido pueblo peruano.
Volviendo al tema palestino, se imaginan al esposo de la Spice Girl explicando acerca de su apoyo a la resistencia del pueblo palestino desde su residencia en Los Ángeles (donde juega para los Angeles Galaxy)?, ¿o es que el señor está bastante ocupado haciendo parrillas con su combativo amigo Tom Cruise y sus respectivas consortes?, no creo pues que haya tenido tiempo para ponerse a pensar acerca del “real” apoyo que Inglaterra brinda a Israel en complicidad con EUA y otros regímenes del orbe; tampoco creo que el finado estilista haya considerado a la matanza de fines del año 2008 y principios del 2009 como un tema que lo afecte a él ni a sus colegas Carlos Cacho o Koki Belaúnde.
El caso es que inclusive el uso de determinadas prendas identifican a quienes las usan, más aún cuando se trata de simbolismos que dan cuenta de luchas sacrificadas y de la necesaria solidaridad con esos grupos humanos, y ya que la moda empequeñece las mentes, es necesario tratar de encontrar el significado de lo que usamos, además éste es un consejo en aras de la salud tanto física como mental de quienes no se dan el “trabajo” de averiguar qué tienen encima, en tanto podrían ser pasibles de una agresión por parte de grupos (que existen en todas partes) cuyo desacuerdo con las causas como la palestina es abierta y harto violenta.
Finalmente, creo que el uso de la “Kafia” es positivo cuando se trata de mostrar la solidaridad de ciudadanos de un lejano y golpeado país como el Perú con la causa palestina (eso le otorga un valor agregado), por el cese de los bombardeos e intervenciones en Cisjordania y Gaza, la recuperación de sus tierras, el ingreso libre a Jerusalem y el reconocimiento de su existencia por todos los países del planeta. Y a ver si los intentos por la paz dan resultado alguna vez ¿ya es hora no?.