martes, 16 de febrero de 2010

Descanso Dominical


El domingo – para muchos - es el día más difícil de la semana, es inclusive peor que el lunes y más desesperante que el cobarde eclecticismo del miércoles.
El domingo hasta el medio día es sobrevivible (?), pero a partir de allí es insoportable. Desconozco exactamente la razón de esta cruel afirmación, pero desde que tengo uso de razón es así. Punto.
Una de las cosas que vuelve el aire dominical en algo tan denso como intentar respirar en gelatina son – quizás - los programas periodísticos que a partir de las 6 de la tarde toman por asalto los hogares peruanos. Los de alcance nacional (Panorama, Cuarto Poder, etc.) y los programas locales. Estos últimos explican una de las razones fundamentales por las cuales el Cusco esta tan lejos de salir adelante ya que la mediocridad, la ligereza de análisis, el desconocimiento disfrazado de agresividad y – lo siento, tengo que decirlo – la ignorancia supina son características fundamentales de nuestro periodismo, aunque claro, los que lo ejercen enarbolan la bandera de la fiscalización y la moralidad al servicio de todos nosotros, según dicen.
Los programas de alcance nacional no se quedan atrás, claro. Nos permiten seguir disfrutando de un verano caluroso que por aquí, en la sierra, no existe, pero basta que le pase a la capital para que se asuma que a todos nos interesa la playa.
En el Cusco, uno de los aludidos programas – para citar un ejemplo – es dirigido, conducido y producido por un abogado de profesión, que ventila impúdicamente los casos de sus ocasionales clientes, con la única finalidad de presionar a la contraparte y al órgano jurisdiccional, según sea, de forma que obtenga un beneficio directo, cual es ganar o inclinar la balanza de la justicia a su favor. El escándalo no tiene pierde y puede ser presentado como “reportaje de investigación”.
Ni que decir de otros personajes que han amasado fortunas en base al chantaje a funcionarios públicos, lo que es de público conocimiento, pero nos negamos a mirarlos con el merecido desprecio que a pulso se han ganado y hasta a veces, negamos la evidente realidad.
Estoy seguro que no es el espectáculo periodístico el único mal que nos aqueja, pero bien refleja nuestros otros males sobre los cuales escribiremos progresivamente y que merecen ser tratados con menor ligereza que este. Tengo que decir, antes de concluir, que estoy convencido que no todos los que se dedican al rubro de las comunicaciones son como yo los pinto. Hay quienes han asumido con seriedad su profesión y la ejercen con la responsabilidad que todos necesitamos, lamentablemente son una minoría y generalmente se encuentran distantes de los medios masivos.
Bueno, de lo que se trata finalmente, es intentar una reflexión acerca de la sincera necesidad de mejorar nuestra calidad humana y de allí mejorar en nuestros hábitos de consumo exigiendo a quienes ocupan espacios públicos como la televisión de señal abierta, a que eleven el subterráneo nivel de su trabajo y apuesten por un Cusco (y un país) mejor, donde no solo promocionemos nuestros complejos arqueológicos sino, y sobre todo, desterremos nuestros complejos (antropológicos) y miremos a un futuro donde el respeto entre los individuos sea un valor a poner en práctica y no un elemento del cual se puede prescindir de acuerdo al marchante.

1 comentario:

  1. Yuri, tienes toda la razon cuando hurgas en ese defecto local y nacional del periodismo y, sobre todo, del gran problema que implica que esa bazofia tenga tantos felices consumidores. Creo que la pelicula "V de venganza" nos muestra la sociedad que se va construyendo de esa manera

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