viernes, 13 de enero de 2012

Poemas para el silencio (Jorge Eduardo Eielson)

Como un recuerdo silencioso, estas letras de Jorge Eduardo Eielson (Lima 13/04/1924, Milan 08/03/2006), nos confirman que  algunos genios a veces se hacen los muertos...

Último cuerpo

Cuando llega el momento llega y llega
Cada día el momento de sentarse humildemente
A defecar y una parte inútil de nosotros
Vuelve a la tierra
Todo parece más sencillo y mas cercano
Y hasta la misme luz de la luna
Es un anillo de oro
Que atraviesa el comedor y la cocina
Las estrellas se reúnen en el vientre
Y ya no duelen sino brillan simplemente
Los intestinos vuelven al abismo azul
En donde yacen los caballos
Y el tambor de nuestra infancia
Cuerpo melancólico

Si el corazón se nubla el corazón
La amapola de carne que adormece
Nuestra vida el brillo del dolor arroja
El cerebro en la sombra y riñones
Hígado intestinos y hasta los mismos labios
La nariz y las orejas se oscurecen
Los pies se vuelven esclavos
De las manos y los ojos se humedecen
El cuerpo entero padece
De una antigua enfermedad violeta
Cuyo nombre es melancolía y cuyo emblema
Es una silla vacía

Habitación en llamas

Perdido en un negro vals, oh siempre
Siempre entre mi sombra y la terrible
Limpieza de los astros, toco el centro
De un relámpago de seda, clamo
Entre las grandes flores vivas,
Ruedo entre las patas de los bueyes, desolado.
¡Oh círculos de cieno, abismos materiales!
¿He de prenderos fuego un día,
He de borrar el sol del cielo, el mar
Del agua? ¿O he de llorar acaso
Ante los fríos ciclos naturales, como ante un ciego,
Vasto, inútil teléfono descolgado?

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