martes, 4 de octubre de 2011

El Estado Palestino

Creo que es conocido que este Blog apoya el reconocimiento de un Estado Palestino, como un acto de justicia y reivindicación respecto de un pueblo que ha sufrido y sufre las consecuencias de los hilos del poder y la prepotencia.

Hace unos días la Asamblea de las Naciones Unidas ha tratado de nuevo la posibilidad que Palestina se convierta en un Estado y pase a formar parte de la ONU, el presidente peruano Ollanta Humala ha apoyado la iniciativa y ha indicado, al igual que su predecesor Alan García, el expreso reconocimiento del Estado Palestino , sin embargo el presidente Obama – que a estas alturas se ha convertido en un triste y patético remedo de sus ofrecimientos y de su impotencia – ha opinado en contra de forma radical.

La democracia de la ONU es bastante cuestionable. Más de 130 países - a nivel global – han reconocido a Palestina como Estado, sin embargo el Consejo de Seguridad es la instancia que decide por el resto y está compuesto por 15 países, 5 permanentes (EUA, China, Inglaterra, Federación Rusa y Francia) y 10 no permanentes.

Aquí un texto de Eduardo Galeano que aparece en el “Libro de los Espejos” y que constituye una reflexión elemental para aquellos que aún no se explican cómo es posible que en pleno siglo XXI haya gente que reacciona como lo hace.

Guerras voraces. El Sáhara y Palestina (Eduardo Galeano) 
En 1975, el rey de Marruecos invadió la patria saharaui y expulsó a la mayoría de la población.

El Sáhara es, ahora, la última colonia de África.

Marruecos le niega el derecho de elegir su destino, y así confiesa que ha robado un país y que no tiene la menor intención de devolverlo.

Los saharauis, los hijos de las nubes, los perseguidores de la lluvia, están condenados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Las Naciones Unidas les han dado la razón, mil y una veces, pero la independencia es más esquiva que el agua en el desierto.

Mil y una veces, también, las Naciones Unidas se han pronunciado contra la usurpación israelí de la patria palestina.

En 1948, la fundación del Estado de Israel implicó la expulsión de ochocientos mil palestinos. Los palestinos desalojados se llevaron las llaves de sus casas, como habían hecho, siglos antes, los judíos que España echó. Los judíos nunca pudieron volver a España. Los palestinos nunca pudieron volver a Palestina.

Los que se quedaron fueron condenados a vivir humillados en territorios que las continuas invasiones van encogiendo cada día.

Susan Abdallah, palestina, conoce la receta para fabricar un terrorista:

Despójelo de agua y de comida

Rodee su casa con armas de guerra.

Atáquelo por todos los medios y a todas las horas, especialmente en las noches.

Demuela su casa, arrase su tierra cultivada, mate a sus seres queridos, especialmente a los niños, o déjelos mutilados.

Felicitaciones: ha creado usted un ejército de hombres-bomba.
 

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