jueves, 2 de septiembre de 2010

Sonetos de un tal Sabina (ese que canta)

Algunos sonetos de Joaquín Sabina, para deleite de todos y todas …

Bajo los puentes
(Para Luisito y Almudena)


Se trata de vivir por accidente,
se trata de exiliarse en las batuecas,
se trata de nacerse de repente,
se trata de vendarse las muñecas.

Se trata de llorar en los desfiles,
se trata de agitar el esqueleto,
se trata de mearse en los fusiles,
se trata de ciscarse en lo concreto.

Se trata de indultar al asesino,
se trata de insultar a los parientes,
se trata de llamarle pan al vino.

Se trata de dormir bajo los puentes,
se trata de colarse en el casino,
se trata de engañar a los creyentes.



Sirva de precedente

Por una vez hice lo que tenía
que hacer sin contrabando de etiquetas,
por una vez viajé donde debía
viajar sin doble fondo en las maletas.

Por una vez crecí como la gente
desde el genoma hasta mi yo más mío,
por una vez, sirva de precedente,
no hice bromas al borde del hastío.

Por una vez, al fin de la jornada,
me atreví a tutear a la almohada
con solvencia de experto cirujano,

por una vez no se me vio el plumero
y ejercí de oficial y caballero,
como quien doma un corazón villano


Cuando tengas frío (Para la seño)

Usa mi llave cuando tengas frío,
cuando te deje el cierzo en la estacada,
hazle un corte de mangas al hastío,
ven a verme si estás desencontrada.

No tengo para darte más que huesos
por un tubo y un salmo estilo Apeles
y páginas anémicas de besos
y un cubo de basura con papeles.

Ni me siento culpable de tu lejos,
ni dejo de fruncir los entrecejos
que usurpan de tus ojos la alegría,

si quieres enemigos ya los tienes,
pero si socios buscas ¿cuándo vienes
a repartir conmigo la poesía?



Doble o nada

Doble o nada a la carta más urgente
sin código, ni tribu, ni proyecto,
mi futuro es pretérito imperfecto,
mi pasado nostalgia del presente.

No tengo más verdad que la que arrasa
corrigiendo las lindes de mis venas.
Por diseñar castillos sin almenas
perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

Veranos de buen vino y mala sombra,
de confundir enanos con molinos,
de viajar al abismo con alfombra.

Es hora de volver a la autopista
por donde van, burlando sus destinos,
el zángano, el adúltero, el ciclista.


Soneto a Rafael Alberti

Si digo Rafael digo torero.
Si digo cal naufrago en tu bahía.
Cabello de ángel, gorro marinero.
Si digo barcos nombro tu poesía.

Si digo Alberti digo Garcilaso,
Federico, la casa de las flores,
"No pasarán", Trastévere, Picasso.
Si digo Rafael digo Dolores.

Si digo luto digo que no quiero.
Si digo Juan me abrazo al Panadero
del pan azul de la melancolía.

Si digo octubre mato a tu asesino.
Si se va Rafael se muere el vino
del bar del Puerto de Santa María.




Matar las tardes

Esta no es la embajada del reproche
ni el vademécum de lo que perdí,
para que llueva, para ser de noche,
es condición cine qua non to be

or not to be , como intuyó el bolero
calavera de un príncipe danés,
se equivoca la urgencia y el te quiero
que no vuelve la urgencia del revés.

Escribo sólo para matar las tardes,
por no ponerme a deshacer maletas,
por no arrastrarme por las estaciones,

por no andar, como el rey de los cobardes,
mustio, como un ramito de violetas,
en el sepelio de las decepciones.


Ojalá (a ZP)

Ojalá no te crezcan los enanos,
ojalá no te embistan las pateras,
ojalá no se coman los gusanos,
el polen de esta nueva primavera.

Ojalá suevos, vándalos y alanos
no diseñen tricornios y fronteras,
guárdate de los guardias pretorianos,
de lameculos, del robacarteras.

Ojo con el aliento de Felipe
que lleva dentro el virus de la gripe
del pollo (dixit Gallardín a Bono).

Y a Maquiavelo, Rasputín, Perote,
después de que se aprendan el Quijote
mándalos al carajo con buen tono.


Benditos Malditos IX

Benditos sean los glóbulos rojos,
la epidural, el calcio, la insulina,
el zotal que extermina los piojos,
el ginseng, los condones, la morfina,

los cristales de arena de las playas,
los árboles frutales, la aceituna,
las fiambreras, el termo, las toallas,
las gafas, las bombillas, la vacuna,

el jabugo, el café, la manzanilla,
las migas, el arroz, la ensaladilla,
el jabón, las tiritas, la escayola,

el botijo, el porrón, la damajuana,
el mate, el J.B., la marihuana
el cubata de ron sin coca-cola.


Malditos Benditos X

Maldito amor el nuestro si caemos
en la trampa mortal de las parejas,
si queremos querer y desqueremos,
si empezamos el living por las rejas.

Maldito se el hall de los despachos,
los ángeles dormidos en la rama,
el garrafón del bar de los muchachos,
los gajes de los trajes de la fama.

Malditas sean las pugnas fraticidas
entre el macho y la hembra, resignados
el duelo de juzgados homicidas.

Malditos sean los gritos destemplados,
malditas sea las bocas desabridas,
la justicia de los ajusticiados.




Silicona

Ni imploro tu perdón ni te perdono,
ni te guardo rencor ni te respeto,
si tardo en devolverte el abandono
repróchaselo al tono del soneto.

Rompe la veda, ensánchate, respira,
falsa moneda mancha a quien la acuña,
las heces de un amor que era mentira,
no merecen el luto de una uña.

Ni sembraré de minas tu camino,
ni comulgo con ruedas de molino,
ni cambio mi mar brava por tu calma.

El matasanos que esculpió tus tetas,
de propina, lo sé por mis tarjetas,
te alicató con silicona el alma.


Socorro pido
Si nos hundimos antes de nadar
no soñaran los peces con anzuelos,
si nos rendimos para no llorar
declarará el amor huelga de celos.

La primavera miente y el verano
cruza como un tachón por los cuadernos;
la noche se hará tarde, tan temprano,
que enfermarán de otoño los inviernos.

Cuando se desprometen las promesas,
la infame soledad es un partido
mejor que la peor de las sorpresas.

Si me pides perdón socorro pido,
si te sobra un orgasmo me lo ingresas
en el banco de semen del olvido.


¡Que bueno era!

Que no falte un buen pisco en mi velorio
ni un jalisco chingón de despedida,
respirar es un lujo transitorio
hay vida más allá pero no es vida.

Evitadle al fiambre, ¡Que bueno era!,
el rip de la portera y el pariente,
el gori-gori de la plañidera
que no tenga mi cuerpo tan presente.

Quise viajar a todas las ciudades,
divorciarme de todas las casadas,
robarle al mar su agónico perfume.

Y apuré, vanidad de vanidades,
después de demasiadas madrugadas,
el puré de cicuta que resume.

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